viernes, 28 de marzo de 2008

MÚSICA E HISTORIA


CORRIDOS
La música es otra herramienta de la que la Historia como disciplina se puede valer para hacer análisis históricos sobre ciertos hechos importantes de nuestro pasado.
De hecho, hay géneros musicales que automáticamente nos remontan a cierta época y recuerdan trascendentales acontecimientos. El más claro ejemplo de esto es sin duda el corrido mexicano, el cual, aunque tiene sus antecedentes en la música popular de los siglos XVIII y XIX de nuestro país, alcanzó su más grande auge en las primeras décadas del siglo XX, en el ocaso de la época porfirista y durante toda la revolución y pos revolución.
Los corridos son una gran fuente de saber histórico pues en sus letras está plasmada la percepción del pueblo a cerca de los acontecimientos más importantes de la revolución. Como explica el importante historiador Vicente T. Mendoza, experto en este tema, en su libro El corrido mexicano, “El corrido es un género épico-lírico-narrativo, […], que relata aquellos sucesos que hieren poderosamente la sensibilidad de las multitudes; por lo que tiene de épico deriva del romance castellano y mantiene normalmente la forma general de éste, conservando su carácter narrativo de hazañas guerreras y combates, creando entonces una historia por y para el pueblo. Por lo que encierra de lírico, deriva de la copla y el cantar, así como de la jácara, y engloba igualmente relatos sentimentales propios para ser cantados, […]. La jácara, a su vez, le ha heredado el énfasis exagerado del machismo, las balandronadas, jactancias, engreimiento y soflama, […].”
Los corridos se pueden dividir en temas distintos además de los históricos y revolucionarios, cómo los de temas políticos, de carácter lírico, de bandoleros, de maldiciones, de tragedias pasionales, así como de temas religiosos y de índole moral.
Algunos ejemplos de corridos son los siguientes:
1) DON VENUSTIANO CARRANZA
Ese Victoriano Huerta,
no se les vaya olvidar,
que debe una cuentecita
y la tendrá que pagar.

¡Muera Victoriano Huerta!
¡Muera el Gobierno fatal!
¡Que vivan los carrancistas
Que nos dieron libertad!

Don Venustiano Carranza
tiene palabra de rey,
que ha tomado muchas plazas
y también a Monterrey.

Don Venustiano Carranza
reclama ser Presidente
y por eso cada día
se le recarga más gente.

De Monterrey a Laredo
y de Laredo hasta Torreón,
se echaron los carrancistas
toda la Federación.

Y también en el Saltillo
comenzaron a pelear
hasta que fueron venciendo
a la hermosa capital.

Huerta ya tiró las trancas,
se salió por un corral,
cuando supo que Carranza
tomaría la capital.

Ese Victoriano Huerta
era un vil y traicionero,
que asesinó al Presidente
por interés del dinero.

La sangre que es derramada
por montes y serranías
es por el traidor de Huerta,
Mondragón y Félix Díaz.

Ora sí, señor Carranza,
hasta aquí puso una raya,
pa´que no corra más sangre
en los campos de batalla.

De ustedes ya me despido
y en Dios pongo mi esperanza,
¡Viva Francisco I. Madero
y Venustiano Carranza!


2) LA MUERTE DE PANCHO VILLA
¡Pobre Pancho Villa…!,
fue muy triste su destino;
morir en una emboscada
y a la mitad del camino.

Iba dejando Parral
manejando su carcacha,
el valiente general
autor de La cucaracha.

“La cucaracha, la cucaracha
ya no puede caminar,
porque no tiene, porque le falta
marihuana que fumar…”

¡Pobre Panchi Villa…!

Iba dejando Parral
saliendo de una cantina,
el valiente general
autor de La Valentina.

“Si porque me ves borracho,
mañana ya no me ves;
si me han de matar mañana,
que me maten de una vez…”

¡Pobre Pancho Villa…!

Iba dejando Parral,
saliendo de su casita,
el valiente general
que compuso La Adelita.

“Si Adelita se casara con Carranza,
y Pancho Villa con Alvaro Obregón,
yo me casaba con Adelita,
y se acababa la Revolución.”

¡Pobre Pancho Villa…!

Dicen que cayó diciendo:
-Ya Plutarco me amoló;
De la Huerta, te lo encargo,
dile cómo se portó.

Dice que Villa murió
con la mano en el gatillo;
sobre su hombro descansaba
el general Miguel Trillo.

Nada le valió que su hijo
y la llamada Austroberta
le dijeron que se fuera
siempre con el ojo alerta.

¡Pobre Pancho Villa…!

En una casita alquilada
se apostaron los ladrones,
pues para matar a Villa
necesitaban…calzones

¡Ay, México está de luto,
tiene una gran pesadilla,
pues mataron en Parral
al valiente Pancho Villa!

¡Pobre Pancho Villa…!


3) ROSITA ALVÍREZ

El año de novecientos
treinta y cinco que pasó,
cuando estaba más contenta
Rosita Alvírez murió.

Su mamá se lo decía:
-Rosa, esta noche no sales.
-Mamá, no tengo la culpa
que a mí me gusten los bailes.

Llegó Hipólito a ese baile
y a Rosa se dirigió;
como era la más bonita,
Rosita lo desairó.

-Rosita, no me desaires,
la gente lo va a notar.
–A mí no me importa nada,
contigo no he de bailar.

Echó mano a la cintura
y una pistola sacó,
y a la pobre de Rosita
nomás tres tiros le dio.

Su mamá se lo decía:
-Por andar de pizpireta,
se te ha de llegar el día
en que te toque tu fiesta.

Rosita le dice a Irene:
-Note olvides de mi nombre,
cuando vayas a los bailes
no desaires a los hombres.

Rosita ya está en el Cielo
dándole cuenta al Creador,
Hipólito en el juzgado
dando su declaración.

No hay comentarios: